"EN MEMORIA DE ROSA MARIA GRACIA (ROXY) + 12/01/2014" "Hoy decidí que me quiero morir. No dire las razones ni el fín. Hoy decidí que me quiero morir, quiero morir para estar junto a ti"

sábado, 18 de enero de 2014

¿Cuándo, Señor, tendré el gozo de verte?


¿Cuándo, Señor, tendré el gozo de verte?
¿Por qué para el encuentro deseado
tengo que soportar, desconsolado,
el trágico abandono de la muerte?

Padre mío, ¿me has abandonado?
Encomiendo mi espíritu en tus manos.
Los dolores de muerte sobrehumanos
dan a luz el vivir tan esperado.

Se acabaron la lucha y el camino,
y, dejando el vestido corruptible,
revistióme mi Dios de incorruptible.

viernes, 17 de enero de 2014

LAS REACCIONES DE DUELO





El duelo (dolus: dolor) es la respuesta emotiva a la pérdida de algo o de alguien. La intensidad del duelo no depende de la naturaleza del objeto perdido sino del valor que se le atribuye, es decir, de la magnitud afectiva invertida en la pérdida. Es un proceso, no un estado. Para restablecer el equilibrio y completar el proceso de duelo hay que realizar ciertas tareas.

Aceptar la realidad de la pérdida: Asumir que el reencuentro es imposible.
Experimentar el dolor.
Adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente: Desarrollar nuevas habilidades y asumir roles que antes desempeñaba el fallecido.
Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo.

El duelo constituye una crisis existencial, que puede servir para crecer o para debilitarnos y enfermar dependiendo de cómo se afronte.
Es muy difícil determinar cuándo ha finalizado realmente el duelo, aunque se considera como momento clave cuando la persona es capaz de mirar al pasado y recordar con pena pero sin dolor al fallecido y la historia compartida. Generalmente entre uno y dos años.

PROCESO NORMAL DE DUELO
• La pena se expresa.
• Duración limitada en el tiempo (1 ó 2 años).
• Después de los primeros días, el doliente realiza las actividades con “normalidad” aunque con ánimo triste y con ansiedad.

DUELO COMPLICADO
• No se expresa la pena (duelo reprimido).
• Se expresa la pena con la misma intensidad durante un largo periodo de tiempo (duelo crónico).
• Incapacidad para desvincularse del fallecido (culpa excesiva o auto reproches).
• Incapacidad para empezar de nuevo la vida en un marco en el que el fallecido no está.
• Cualquier alteración mental diagnosticada a partir de los seis meses del fallecimiento debe ser explorada por su posible conexión con la pérdida (depresión, trastornos de ansiedad, adicciones…).

Criterios DSM-IV de duelo
Considera normales síntomas depresivos tras la pérdida de un ser querido.
Únicamente se diagnóstica TRASTORNO DEPRESIVO MAYOR cuando se cumplen los criterios para el diagnostico de éste y se mantengan dos meses después de la pérdida.

La presencia de cualquiera de los siguientes síntomas (que no se consideran característicos de una reacción de duelo “normal”) puede ayudar a diferenciar el duelo del “episodio depresivo mayor”:
1. Culpa por las cosas más que por las acciones recibidas o no por el superviviente en el momento de morir la persona querida.
2. Pensamientos de muerte más que voluntad de vivir, con el sentimiento de que el superviviente debería haber muerto con la persona fallecida.
3. Preocupaciones mórbidas con sentimiento de inutilidad.
4. Enlentecimiento motor.
5. Deterioro funcional acusado y prolongado.
6. Experiencias alucinatorias distintas de escuchar la voz o ver la imagen fugaz de la persona fallecida.


jueves, 16 de enero de 2014

Obituario



 Han pasado ya cuatro días desde el maldito día doce de enero y a veces pienso que en cualquier momento voy a despertar, pero no, esto no ha sido un mal sueño, esto ha sido real.

Reales fueron los últimos momentos con Roxy; su apagarse poco a poco, su intento de rezar mientras el capellán del clínico le daba la unción de enfermos, la ilusión que tenia de que la operaran pensando que eso le daría más tiempo. Real fue la última hora que estuvo con nosotros, su respiración agónica, su apagarse como un pececillo que se saca del agua.

 Hoy sus cenizas vuelven a reposar en su hogar, junto a sus seres queridos, pero sabemos que su espíritu voló hacia Dios con su último suspiro. Junto a él, libre ya del dolor, vela por los que quedamos añorando su recuerdo.

 La vida ya nunca será igual sin ella pero recordaremos, como de hecho hacemos, todos esos momentos de felicidad vividos juntos. Su alegría, su don conciliador, su trato con todo el mundo que la rodeaba, el cariño con que cuidaba de todos nosotros, su benevolencia hacia nuestras faltas y sobre todo su sonrisa. Pero su ausencia, su ausencia pesara sobre nuestros corazones como una losa granítica.

 Creo amor mío que intente hacer todo lo que pude por que tus últimos meses fueran lo menos duros posibles. Intente no mentirte jamás sobre la gravedad de tú enfermedad, sin decirte directamente aquello que no deseabas saber  aunque, desde el primer diagnostico, sabia que nuestro tiempo era finito.

 Quise vivir en el poco tiempo que nos quedaba otros treinta y un años tan felices como los que tú y yo tuvimos desde que nos conocimos.

Ahora solo me resta decirte;

Espérame amor mío y se tú, quien vengas a buscarme en el día de mi muerte para juntos poder seguir amándonos eternamente.  



Tu esposo que jamás podrá olvidar tú dedicación hacia mí y el amor que me profesaste:

Juan Carlos

Velad conmigo (Cicely Saunders)

 La ansiedad, depresión, ira y desesperación les atacará y también se agravarán con el agotamiento. La pérdida puede ser aceptada intelectual, emocional y socialmente de forma progresiva, y la agonía de la separación puede ser paliada gradualmente, pero cuando finalmente llega la muerte, y lo hará sin duda, quedará todavía mucho “trabajo de duelo” por hacer. 
 Al igual que el paciente que está perdiendo el control y siente que ya no es quien era, las personas en duelo se enfrentan a un nuevo mundo por descubrir y aceptar. No se les puede apresurar a atravesar el entumecimiento, el dolor emocional, la conciencia progresiva del vacío de la pérdida y el aprendizaje final de volver a vivir. 
 Algunos necesitan mucha ayuda para poder expresar sus sentimientos a lo largo de todo este tiempo, y puede que al final necesiten permiso para dejar de lamentarse y permitir que otros compromisos reemplacen ese vacío.

miércoles, 15 de enero de 2014

Caminando en valle de sombras (salmo 23 o salmo de David)


El Señor es mi pastor; nada me falta. Me hace
descansar en verdes pastos, me guía a arroyos de
tranquilas aguas, me da nuevas fuerzas y me lleva por
caminos rectos haciendo honor a su nombre.
Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré
peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu
vara y tu cayado me inspiran confianza.
Me has preparado un banquete ante los ojos de mis
enemigos; has vertido perfume sobre
mi cabeza y has llenado mi copa a rebosar.
Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis
días, y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré.

martes, 14 de enero de 2014

Todo ha terminado, descansa en paz.

Apocalipsis 22
1Y me mostró un río de agua de vida, reluciente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero. 2En medio de su plaza, a un lado y a otro del río, hay un árbol de vida que da doce frutos, uno para cada mes. Y las hojas del árbol sirven para la curación de las naciones. 3 Y no habrá maldición  alguna. Y el trono de Dios y del Cordero estara en ella, y sus siervos le darán culto. 4 Y verán su rostro, y su nombre está sobre sus frentes. 5 Y ya no habrá más noche, y no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos.

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